Empezamos en el pre, despidiéndonos para siempre de Villarcayo.
Llegamos a la parcela a la que llamaríamos casa durante los próximos 19 días.
Conocimos a un perro que tenía 3 nombres, pero el único correcto era Sebas.
Descubrimos una canción nueva y desde entonces no paramos de preguntarnos: ¿por qué luchar? Si nacimos en paaaz.
Dimos la bienvenida al grupo mientras acabábamos la mejor puerta que se recuerda en un
campa.
En la ruta fuimos a Las Salas, aunque se debería llamar La Sala porque solo hay una, así que el Clan tiene que dormir en la calle.
Allí conocimos a Paco, que nos enseñó cómo hacer el bocata perfecto, gracias Paco, y eeempezamos el día, dándonos cuenta, gracias a Andrea, de que todos estamos haciendo dieta de recorte.
Después pasamos por el gran pueblo de Villachapa al que no podemos esperar para volver, pues tenían muchas cosas que contarnos.
Y ahora solo ajuntamos a las vegetas porque sin su brick de alubias nunca habríamos descubierto… rácula.
También disfrazamos unos patitos de nosotros mismos y les pusimos a nadar en el río para evaluar el campa.
¿¿¿Pensábamos que estábamos mirando al mar cuando nos hicimos las trencitas en el pelo??? probablemente, pero lo que es seguro es que marcamos tendencia en el grupo.
Empezaron los 7 días seguidos de misiones. En las primeras y falsas, algunos Claneros se fueron de paseito al bar, mientras unos pocos trabajaron duro, tirando un árbol para hacerlo mástil de tropa…
En las verdaderas misiones, el grupo 1 tenía la gran tarea de escribir una canción, mientras que el grupo 2, después de querer tirarse del tren al llegar a Guardo, dio servicio en una protectora de animales.
A todo esto, nuestros queridísimos Scouters veían Barbie sin nosotros, pero se lo perdonamos por el menú de kebab que nos consiguieron, y que entraba dentro del gran presupuesto de 6 € por persona.
Además, descubrimos que tomarse un ColaCao a las 3 am no se sale de las normas. Acabamos las mejores, y últimas, misiones de nuestras vidas remando nuestra propia canoa y escribiéndonos para el futuro.
En las últimas noches nos dimos cuenta de que el zorro era “dislésico” y de que tenía 89 cómplices.
¡Plot twist! ¡¡El “nuevo logo del clan” era en realidad el logo de la constructora CAOS KLIMÁTICO!!
Menos mal que conseguimos todas nuestras colas de castor y logramos parar la destrucción del bosque, haciendo quebrar a la constructora, creada por un tejano rico.
No hemos parado de bailar la bamba durante todo el campa, pero todo era un spoiler de…
🎶¡Ay arriba y arriba!, el Matterhorn, el Matterhorn… 217! 217!🎶
Un poco de envidia hemos tenido, así que el año que viene nos construiremos un chalet como el que tenían los pijos de nuestros Scouters.
A los cuales no podemos perdonar el hecho de que no sacasen nunca a Alonso para izar o arriar la bandera 😞.
Nos despedimos diciendo “chau chacha chau chaou”, sin olvidar que nadie pudo darle hachazos al mástil… así que el trabajo lo tuvo que hacer Don Ramón con su excavadora… Lo nunca visto.
Solo se puede decir que desde que soplamos las velas en aquel refugio, no hemos podido dejar de llorar.
Tantos recuerdos nos ayudarán a nunca olvidar que el Kilimanjaro siempre será nuestro Clan.
LAS FOTOS DEL CAMPA
Ana Cachaza (Rover del Clan Kilimanjaro)