¡Buenas clanerxs! El sábado pasado fuimos a la World Press Photo, un concurso anual de fotoperiodismo cuyas imágenes ganadoras se recogen y exponen logrando conmover a espectadores y espectadoras de múltiples lugares del mundo.
En nuestro caso no fue distinto, y la verdad es que una vez vista nos resultó muy difícil expresar qué es lo que nos habían ido transmitiendo las fotografías. En ocasiones impacto, en pocas optimismo, en muchas tristeza e impotencia, y en general rabia porque haya tenido que llegar este día para que conozcamos gravísimos conflictos del mundo (como el de la minoría étnica de los rohingya en Myanmar), conflictos que están plenamente silenciados. Ni siquiera podemos llegar a imaginar que haya personas en el mundo que estén pasando por ellos, viviendo una realidad así, una realidad completamente diferente a la nuestra. Tristemente esto hizo llegar a la conclusión de que tenemos que aprender a valorar, y de que, aunque no por ser “menos graves” debemos obviar nuestros problemas, sí que debemos relativizarlos y no mirarnos tanto el ombligo y ser conscientes de lo que hay a nuestro alrededor, y sobre todo más allá de este.
Realizamos una actividad en torno a la exposición para ir con los ojos más abiertos y prestar más atención en determinados aspectos. Algunas de las preguntas eran: ¿qué expectativas tienes?; elige una imagen con la que te identifiques; ya que se muestran sucesos del año pasado ¿cómo resumirías el año 2017? y ¿cómo verías la exposición del año que viene?; entre otras.
Tuvimos un rato para reflexionar por separado y después hicimos una puesta en común, donde vimos cómo nos complementamos con los diversos modos de ver las cosas. Una duda que se nos planteó fue cómo un fotógrafo es capaz de, estando ante una situación tan complicada, sacar su cámara y ponerse a hacer una foto en lugar de socorrer, buscar ayuda o hacer el intento, aunque se quede bloqueado como suele sucedernos en muchas ocasiones. Pero algo que no habíamos tenido en cuenta es que muchas veces es posible que lo hagan porque la repercusión que pueda tener esa imagen posteriormente sea fuerza mayor, el motor que les impulse a hacer esa fotografía.
Y la verdad es que si cientos de fotógrafos no hubieran pensado de esa forma no habríamos visto esta exposición, no habríamos conocido conflictos completamente desconocidos y no nos habríamos sensibilizado de la manera en que lo hicimos.
Y la verdad es que si cientos de fotógrafos no hubieran pensado de esa forma no habríamos visto esta exposición, no habríamos conocido conflictos completamente desconocidos y no nos habríamos sensibilizado de la manera en que lo hicimos.
Por ser un poco esperanzadora en contraste, nos llamaron la atención unas fotos sobre unas niñas que viven en una zona rural de Austria, en una aldea autoabastecida.
Y no tan idílica nos impactó mucho una sucesión de imágenes en las que, a chicas, por medio de diversos métodos, les están presionando los pechos para que no se les desarrollen y así estén en menor riesgo de acoso, abuso o violación.
Pero aunque a cada unx nos llamen más unas fotos que otras por la temática, y aunque puedan impactarnos en diferente medida, no podemos elegir ninguna ya que todas tienen su particularidad y su mensaje, y cada una de ellas nos desvela una historia diferente.
Nos llevamos la impresión y la frustración, la esperanza (aunque no demasiada), nos llevamos la
pregunta de ¿hasta dónde vamos a llegar? y sobre todo nos llevamos la conciencia para hacer en la medida de lo posible lo que esté de nuestra mano.
Nos vamos a la 10ª ExpoScout
Este sábado tres de noviembre viajaremos a Pinto y ahí participaremos de la 10ª ExpoScout que organiza el Círculo de Coleccionistas. Os lo contaremos a la vuelta, pero desde ya os adelantamos que tendremos una sorpresa.