Sacar
una foto es una de las cosas más fáciles que podemos hacer, sólo
tenemos que sacar el móvil y disparar. El móvil hace todo por
nosotros, regula la iluminación, la sensibilidad del sensor, incluso
enfoca por nosotros para que la foto salga lo más bonita posible con
lo que tenemos en ese momento.
Pero, y si todo eso que hace el móvil
por nosotros lo hemos podido entender usando una lata y papel
fotosensible, ¿pensarías que estamos locos?
En la última acampada nuestro bellísimos monitores de grupo Ali y Villarejo nos prepararon al clan una actividad de “Fotolatas”, básicamente consistía en sacar fotografías en negativo usando latas. El proceso era relativamente simple, usábamos unas latas de diversos tamaños y formas, previamente pintadas en su interior con spray negro y con un minúsculo agujerito de unos 0,4mm en uno de los laterales. En el interior de las latas colocábamos un trozo de papel fotosensible en el lado opuesto del agujero. Este proceso había que ejecutarlo en una sala (cuarto desordenado de un clan medio) totalmente a oscura con una luz roja, para que la luz del día no velase el papel fotosensible.
Tras
tener nuestras fotolatas
listas
sólo falta tapar el agujero con cinta aislante y salir a buscar un
bonito encuandre el que fotografiar. Aquí teníamos que tener varias
cosas en cuenta: el tamaño de la lata y que distancia focal (más o
menos) entraría en la fotografía y cuánta luz había en el momento
de “disparar” para dejar el agujero (diafragma) al descubierto y
que entrase la luz justa para que saliesen las fotos relativamente
bien expuestas. Cuando todos tuvimos nuestras fotos hechas volvimos a
entrar en la sala a oscuras para revelar los negativos y ver como
habían quedado nuestras obras.
La
verdad es que el resultado no fue el que esperábamos pero aún así
quedaron unas cuantas fotografías interesantes de descabezados y
claneros fantasma.
Esta
técnica para realizar fotografía es interesante por varios motivos:
primero, lo mágico que parece pero también por la facilidad de
explicar cómo funciona una cámara fotográfica convencional. En una
cámara/objetivo tenemos varias partes con sus respectivos parámetros
a tener en cuenta al sacar una instantánea: El sensor,
es la parte de la cámara que capta la luz y la convierte en una
imagen digital, en el caso de las fotolatas teníamos el papel
fotosensible, la variable a tener en cuenta aquí es el ISO que nos
indica como de sensible es el sensor o el papel a la luz. Otra parte
es el diafragma
que
es el encargado de dejar entrar más o menos luz al sensor
dependiendo de cómo de abierto esté, en las fotolatas era el
agujerito de 0,4mm, por último tenemos que controlar el tiempo
de exposición
que
es el tiempo que una cámara deja entrar la luz al sensor y en
nuestro caso el tiempo que teníamos la cinta aislante que tapaba el
diafragma de la fotolata abierto, entorno a unos 35 segundos.
Para terminar diré que ha sido una actividad realmente interesante y que a más de uno nos ha dejado con ganas de repetir esta técnica en otros entornos :)
Ander Sevilla Hernández
Rover del Clan Kilimanjaro
***Fotógrafo de la Unidad
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