El clan kilimanjaro se ha ido de campamento a Orallo (que no Caleao), un pueblo encantador de León. Este año era el primer pre de casi todas las rovers, y aunque no sabíamos a lo que íbamos, se puede decir que salió todo genial.
El día antes de que llegara el resto del grupo el kraal nos pidió un favor enorme: ir a recoger a los chavales a Madrid ya que “venía inspección” y tenían que quedarse allí, pero al llegar al albergue nos llevamos la sorpresa de que… NOS ÍBAMOS DE MISIONES!!! Fue un viaje increíble, tanto que se merece su propio post del cual se encargará Anna😁.
Después del viaje de vuelta mas largo de la historia, llegamos de nuevo al campa donde nos recibió todo el grupo llenos de preguntas sobre las misiones tan especiales, un momento que nos encantó y apreciamos un montón ❤️.
Aprovechamos el día para reinstalarnos, ponernos al día y, por fin, ducharnos.
El resto de la semana nos pusimos a tope con todas las actividades que teníamos preparadas, como el intensivo de maquillaje de Carmela y Daniela, las mechas rojas que nos hicimos todas en el pelo, o el juego nocturno en que los habitantes de Orallo todavía se acordarán de nuestras gafas de neón. Además, no nos podemos olvidar de esa noche en el refugio que fue tan especial para todas.
Entre todo esto, nuestros scouters nos mandaron a falsas misiones, donde alguna puede o puede que no soltara alguna lágrima en el camino en furgo. En realidad no estuvieron nada mal, ya que nos llevaron a un bar y Carlos nos enseñó el juego del perro y el gato, el mejor juego del mundo.
Se iba acercando el fin del campa (😞) pero también algo súper emocionante: el juego de grupo🥳! Por la mañana la parcela apareció toda vendida, pero por suerte las fichas del monopoly tuvieron la ayuda de unos equipos geniales que consiguieron recuperar las tarjetas de las calles del tablero y averiguar que el culpable era el señor bota, que en realidad estaba muy arrepentido de lo que había hecho.
Despedimos la última noche del campa con un velada que tuvo de todo, pero estamos seguras de que el “amor de campamentoooo” se quedó grabado en las cabezas de todxs.
Hemos aprendido muchísimas cosas en este campa, como por ejemplo que puede haber nueces hasta en el agua, que para remar una canoa hacen falta cuerdas muy largas, y que igual los consejos de progresiones son sobretodo para llorar, pero lo que es seguro es que Orallo se ha quedado con un cachito de nosotras.
Aunque al año que viene algunas remen su canoa en aguas diferentes, el kilimanjaro es un clan que nunca podremos olvidar.