Tras un pre de mucho curro, las rovers bajamos a Madrid con la intención de ayudar al grupo, acompañando a todos los niños al campamento. Para nuestra sorpresa, aparecieron nuestros monitores, nos dijeron que nos íbamos de misiones!!
Entramos en pánico y tras 20 minutos, que se pasaron volando, terminamos los macutos. Empezamos nuestras esperadas misiones bajando desde el albergue sin tener idea alguna de qué íbamos a hacer al día siguiente.
Al día siguiente fuimos al aeropuerto. No sabíamos el destino, y pronto nos enteramos de que nos íbamos a…Milán!! Estábamos todas muy emocionadas y nerviosas. Tras aterrizar conseguimos llegar a la casa en la que íbamos a dormir. Visitamos la catedral de Duomo, nos peleamos con el transporte público, estuvimos también en la Galería Vittorio Emanuele II, y tras una cena muy agradable nos tomamos un helado.
Por la mañana partimos hacia Bergamo, una ciudad preciosa que aprovechamos un montón. Visitamos todo el casco antiguo, tomamos unas pizzas deliciosas y también un helado. Después volvimos porque había que descansar para el último día en Milán.
Nos levantamos y fuimos al Lago di Como. No pudimos bañarnos pero disfrutamos la mañana. El trayecto de vuelta fue interesante, nos equivocamos de sentido, pero conseguimos volver a Milán y nos fuimos a cenar con los monitores.
Al volver a la casa, las rovers recibimos la carta del día siguiente, y no nos lo podíamos creer… nos íbamos a Zermatt, Suiza. Pueblo donde se encuentra el Matterhorn.
No podíamos contener la emoción, íbamos a ver aquella montaña de 4478 metros que tanto significa para el grupo. Partimos muy pronto y tras varios trenes y buses, llegamos a Zermatt. Nos alojamos en un camping y pasamos el día visitando el pueblo, y haciéndonos unas fotos preciosas con la montaña de fondo.
A la mañana siguiente nos fuimos de ruta, una ruta en la que alguna lo pasó un poco mal, pero que merecía la pena por las vistas. No dejamos de ver al Matterhorn en casi ningún momento, además de que tuvimos la suerte de que no hubiese casi nubes a su alrededor. Visitamos 5 lagos durante la ruta y en alguno nos bañamos.
En nuestro último día en Suiza, hicimos otra ruta, pero más corta que la del día anterior, vimos también algún que otro lago y regresamos antes de comer. Por la tarde hicimos un trivial que habían preparado los scouters, cenamos y nos acostamos.
A las 5:40 de la mañana, empezó una tormenta que no nos esperábamos. Tuvimos que recoger todo lo más rápido posible, y tras el susto y el madrugón, partimos de vuelta al campamento. Cogimos un montón de buses y trenes, el avión, el metro y otro bus, pero no podíamos dejar de sonreír y de una cosa estábamos seguras: estás misiones no las olvidaremos jamás. ❤️🖤
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